miércoles, 21 de mayo de 2008

PUNTAPIÉ... A LA LEY Y AL GOBIERNO

Las detenciones de la supuesta "cúpula" de ETA no son más que publicidad barata. Ya en otras ocasiones hemos visto como otros "peces gordos" también caían… ¿Y para qué? Para nada. La Ley es mansa con los asesinos terroristas y atroz con los desafortunados que por alguna razón nimia la infringen. La Ley permite que un terrorista goce de privilegios carcelarios, estudie una carrera mientras está en la cárcel, disfrute de una celda más que cómoda, viva a cuerpo de rey en un recinto controlado por sus secuaces y donde puede ser visitado constantemente por familiares y amigos. La falsa Ley permite además que las familias de etarras también reciban privilegios y que puedan asumir posturas intransigentes con jueces y funcionarios, hasta llegar insultar a las instituciones, a la prensa y a todos los miembros de un Estado. Es decir, que pueden invocar el amparo del Estado de Derecho que pretenden destruir. Un terrorista está entrenado -como decía el ministro Rubalcaba- para denunciar torturas y agresiones por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Ay del policía que le toque un pelo demás a un sinvergüenza etarra -seguro que el peso de la ley recae sobre él con más fuerza que contra el mismo criminal-. Da asco ver como se les tiene que proteger y como la ley les ampara contra abusos y margina a los que por simple tragedia caen en sus garras. Le ley no es ciega... está atrofiada.
ETA no puede ser desmantelada con tanta facilidad. No es tan fácil. Recordemos que los terroristas no son humanos –son máquinas de terror, muy eficientes en su oficio, dispuestos a morir antes que abandonar la lucha- la calidad humana la conceden unos sentimientos y ellos no poseen ninguno. No conocen la compasión y el arrepentimiento, la muerte de un ser humano para ellos es insignificante. La calidad humana no la concede un parentesco físico, la concede la bondad del alma. Sin alma no hay bondad, sin bondad no hay humanidad, sin humanidad no hay redención. Un terrorista no es humano.
Si algo ha demostrado la organización terrorista es que no se compone de “cuatro gatos” y que puede reconstruirse con mucha facilidad, que no depende de caudillos y que permanece activa a pesar de los batacazos y detenciones. Si bien es mejor tenerlos detrás de rejas que libres, no cantemos victoria tan pronto.

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